Actualidad
19/06/2018
Peter Singer firma el prólogo del nuevo libro de la colección LiberÁnima
El portal de noticias PLAYGROUND ofrece en exclusiva el prólogo que el filósofo norteamericano Peter Singer ha escrito a propósito del libro HACIA UN FUTURO VEGANO. Un enfoque pragmático, del autor belga Tobias Leenaert. Publicado en colaboración con Igualdad Animal
En las últimas líneas de Animal Liberation (Liberación animal), escribí:
«Los seres humanos tienen el poder de continuar oprimiendo siempre a otras especies, o hasta que hagamos que este planeta se vuelva inhabitable para los seres vivos. ¿Continuará nuestra tiranía, confirmándose así que somos los tiranos egoístas que los poetas y filósofos más cínicos han pensado siempre que somos? ¿O nos alzaremos ante el desafío y demostraremos nuestra capacidad para comportarnos con auténtico altruismo, poniendo fin a la cruel explotación de las especies bajo nuestro poder, no porque nos veamos forzados a ello por rebeldes o terroristas, sino porque reconozcamos que nuestra postura es moralmente indefendible?
La respuesta a esta pregunta dependerá de cómo cada uno de nosotros la responda individualmente»
Más de cuarenta años después, seguimos sin conocer la respuesta a la pregunta, pero los altruistas han ganado terreno. En Europa, desde Portugal a Polonia y de Finlandia a Grecia, se han prohibido algunos de los sistemas de confinamiento que describí en Liberación animal. También se han prohibido en California y las grandes empresas como McDonald’s y Walmart han acordado eliminar gradualmente el uso de productos de animales criados con esos métodos.
Hace cuarenta años, poca gente sabía qué significaba la palabra «vegano». En lugares como Berlín, costaba encontrar restaurantes que sirvieran platos vegetarianos y aún más veganos. Ahora presenta un panorama vegano floreciente, como muchas otras ciudades de Europa, Norteamérica y Australia, entre otros países. Ha sido un cambio rápido, sobre todo en la última década.La comida vegana no deja de mejorar. Se están haciendo inversiones considerables en empresas que tratan de cultivar carne a nivel celular o producir alternativas vegetales que tengan la misma textura y sabor que los productos animales.
Por lo tanto, hay motivos para tener esperanzas de que empiece el cambio hacia un mundo vegano. En las páginas siguientes, Tobias Leenaert demuestra cómo puede conseguirse. Aunque el mundo que él quiere es el que yo esperaba al escribir Liberación animal, su enfoque hace las veces de correctivo de la forma en que planteaba la pregunta de las líneas que citaba al principio. Si veganizar el mundo depende de que escojamos el altruismo en lugar del propio interés, entonces el futuro previsible será solo parcialmente vegano, como mucho. Lo digo lejos de querer ser cínico con la existencia del altruismo. Al trabajar en el movimiento animalista, así como en el movimiento del altruismo efectivo, he conocido a gente que trabaja de forma incansable para reducir el sufrimiento de los animales, y conozco a tres personas que han donado sus riñones a completos desconocidos. Pero también hay mucha gente egoísta en el mundo, y aún más que, sin ser exactamente egoístas, no ven éticamente más allá de sí mismos, su familia y sus amigos. Para estas personas, que una comida que les guste provoque el sufrimiento de un animal no les hace cambiar de menú, como tampoco lo hace que su comida contribuya más al cambio climático que otras opciones que podrían escoger perfectamente. Solo cambian cuando son convencidos de que es más sano para ellos, más cómodo, menos caro o, quizá, cuando haya tanta gente que se haga vegana que empiecen a preocuparse por ser distintos a los demás y se les avergüence públicamente por llevar una dieta que parece bárbara.
Hay muchos caminos y a menudo no sabemos cuál nos llevará antes a nuestro objetivo. Algunos pensamos que deberíamos contarle a la gente la magnitud de la matanza de los animales y el sufrimiento que infligimos a los animales que nos comemos. Cuando lo sepan, seguramente no tengan excusa para volverse veganos. Otros creen que será más eficaz un camino más moderado y amable, que deberíamos buscar la mejora del estado de los animales de granja y alentar a la gente a reducir la cantidad de productos animales de su dieta. Otros, una vez más, prefieren no mencionar el sufrimiento animal porque creen que gran parte del público ya está dispuesto a reducir su impacto ecológico.
Por eso reconozco ahora que Leenaert tiene razón cuando sugiere que tendemos demasiado a creer que solo hay un camino correcto hacia nuestro objetivo —el camino a Villavegana, como él lo llama— que sabemos qué camino es. Hay muchos caminos y a menudo no sabemos cuál nos llevará antes a nuestro objetivo. Algunos pensamos que deberíamos contarle a la gente la magnitud de la matanza de los animales y el sufrimiento que infligimos a los animales que nos comemos. Cuando lo sepan, seguramente no tengan excusa para volverse veganos. Otros creen que será más eficaz un camino más moderado y amable, que deberíamos buscar la mejora del estado de los animales de granja y alentar a la gente a reducir la cantidad de productos animales de su dieta. Otros, una vez más, prefieren no mencionar el sufrimiento animal porque creen que gran parte del público ya está dispuesto a reducir su impacto ecológico. Así pues, estos activistas parten de la contribución que los productos animales hacen al cambio climático. Otro grupo cree que la gente está más dispuesta a cambiar de actitud si se les puede convencer de que comer productos animales no es bueno para la salud. Pero, como demuestra Leenaert, el motivo principal por el que la gente cambia no es tan importante y la preocupación por los animales es secundaria.
Tenemos que probar los distintos enfoques y recopilar información fiable sobre lo que funciona y lo que no al convencer a la gente para que se haga vegana. Y, sobre todo, tenemos que facilitarle a la gente este cambio en la medida de lo posible.
Pocas personas están tan cualificadas como Leenaert para hablar de estos asuntos. Como fundador y director durante diez años de la organización belga Ethical Vegetarian Alternative (Alternativa Vegetariana Ética), participó en una campaña tras la que Gante se convirtió en la primera ciudad del mundo en adoptar oficialmente un «día vegetariano» a la semana. Después, como codirector (con Melanie Joy) del Center for Effective Vegan Advocacy (Centro para la Defensa Vegana Eficaz), ha organizado talleres de formación en defensa del veganismo en Europa, Sudamérica, Sudáfrica, Asia y Australia. Ahora se apoya en su vasta experiencia y numerosas lecturas para ayudar a los demás a ser unos activistas del veganismo más eficaces.
Una de las cosas que más me gustan de este libro es que Leenaert no se hace ilusiones sobre la dificultad de llegar a la meta de un mundo vegano, pero esto no lo disuade de reunir toda la información disponible sobre cómo conseguirlo lo antes posible. Si quieres contribuir al movimiento vegano y a ese mundo mejor que perseguimos, este libro es un lugar excelente por donde empezar; o si ya formas parte del movimiento, este libro te ayudará a hacer balance de cómo lo estás haciendo y te sugerirá maneras de hacerlo mejor.
Peter Singer, Abril de 2017