TRATADO DE MONSTRUOS

Pareciera como si los conceptos “monstruo” o “dragón” estuvieran impregnados de insulsez o fuesen concernientes a un espíritu pueril. Otros términos relacionados -quimera, grifo, portento- han cambiado de giro semántico y designan, casi antes que un monstruo, un imposible, una llave de paso, una mujer hermosa. Ciertamente ha habido un desgaste de los términos, acaso incluso también de los temas, pero hay que tener presente que el “monstruo” como idea tuvo un tiempo de vigencia y presencia aterradoras, y que como concepto resultaba fundamental para establecer y esclarecer el cosmos y su significación. En estas páginas se propone un ordenamiento de ideas relativas a los ostentos y establecer vasos comunicantes entre ellas para obtener un panorama que revele la importancia y trascendencia del problema. Es útil poder ver el árbol y el bosque alternativamente.
El monstruo dice mucho del hombre que lo crea, lo creía y cree en él; es una proyección involuntaria que desvela regiones oscuras de individuos y de civilizaciones enteras.