ENERGÍA, FINANZAS Y NARCÓTICOS

En política exterior, México se ha caracterizado por sus procesos continuados y tradicionales en función de principios y a partir del papel de la Secretaría de Relaciones Exteriores y de la Presidencia. Esto no ha sido una norma real para toda circunstancia. Existen constantes juegos entre políticas exteriores activas o pasivas, efectivas o inefectivas, constantes o cambiantes, autónomas o subordinadas e institucionales o unilaterales.
Los tres casos que aquí se presentan -la Crisis Financiera de 1995, la Certificación y la venta Petroquímica- nos sugieren que existe cada vez más un mayor número de acuerdos formales entre las partes y para los diferentes temas de la agenda. Todo parece indicar que la futura política exterior se acerca, crecientemente, al establecimiento de instituciones antes que limitarse tan sólo al uso de los principios. Hoy por hoy, además de los principios, las normas son necesarias para lograr una participación justa y respetada por los actores públicos y privados.
Es evidente que los aspectos tratados no corresponden a los temas tradicionales de la agenda de política exterior. No obstante, desde el momento en el que son aspectos de México que tienen que ver con el exterior, son temas igualmente de política exterior. Además son temas en los que el entorno interno está altamente vinculado al externo.