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Ecofeminismo, o cómo abordar la crisis ecológica desde la perspectiva feminista

Blanca Chavarría

La preocupación por el Medio Ambiente y la ecología han pasado de ser una carrera de fondo a una maratón a contrarreloj a la que se van sumando cada vez más participantes en la búsqueda de una política ambiental que nos asegure un futuro sostenible. Sin embargo, esta lucha comenzó hace décadas, en los años setenta, promovida por mujeres pensadoras y activistas que no solo reivindicaban derechos para las mujeres, sino que también comenzaban a mostrar interés por la conservación y el cuidado de la Tierra y de nuestro entorno. Algunas de aquellas pensadoras empezaron a hacer conexiones entre las luchas del feminismo y del ecologismos, plantando el germen de un nuevo pensamiento: el ecofeminismo, o, lo que es lo mismo, la integración de la cuestión ecológica en la lucha feminista. 

Se dice que existen tantos tipos de ecofeminismo como teóricas ecofeministas. Alicia H. Puleo, filósofa y autora de referencia de este pensamiento, nos presenta en su libro Claves Ecofeministas. Para rebeldes que aman a la Tierra y a los animales, un ecofeminismo crítico e ilustrado, que aboga por un futuro en paz con la Naturaleza, despojado de toda opresión y explotación de género, raza, clase o especie.

El ecofeminismo crítico de Puleo responde a los fundamentos de una Ilustración olvidada, haciendo una revisión crítica de sus principios y poniendo en cuestión la sociedad contemporánea, instando a conseguir una democracia real sin sesgos de género. 

A través de la metáfora del Jardín-huerto ecofeminista, inspirada en el nombre de la célebre escuela de Epicuro, la autora presenta los ejes principales de su propuesta filosófica que muestra las conexiones entre las luchas feminista, animalista y ecologista frente a un patriarcado que infravalora las tareas del cuidado de la vida, delegadas en las mujeres, y produce la devastación de la Naturaleza sin atender a que se trata de nuestra Casa Común.

Para entender el ecofeminismo, dice Puleo, hay que tener presente que el feminismo ha sabido mostrar que uno de los mecanismos de legitimación del patriarcado ha sido la naturalización de la mujer, su caracterización como un ser más próximo a formas de vida consideradas inferiores como los animales y las plantas, y ajeno al mundo del hombre, autodefinido como espíritu, razón y cultura. 

Esta identificación entre Mujer y Naturaleza ha servido como punto de partida de las teorías ecofeministas, tanto esencialistas como constructivistas. Mientras que la corriente esencialista recupera esa dualidad Mujer-Naturaleza/Hombre-Cultura, construida por el patriarcado, para reivindicar el papel de la mujer en torno a la maternidad y la responsabilidad del cuidado de los hijos, del entorno y de la Vida en general, el ecofeminismo constructivista que nos propone la autora considera que el desarrollo emocional adquirido históricamente en las actividades del cuidado puede transformar la sociedad sólo si se enseña a toda persona, con independencia de su sexo, a cuidar de los seres humanos, de los demás seres vivos y del ecosistema. 

Siguiendo la línea de esta dualidad, Puleo aborda otro de los temas que ha enfrentado a feministas y ecofeministas: la maternidad, la sacralización de la vida y el derecho de la mujer a elegir sobre su propio cuerpo. La identificación patriarcal de la mujer-madre-naturaleza ha supuesto una cosificación de la mujer, reducida a un papel biológico. Puleo rechaza la maternidad forzada y recuerda que ésta ha de ser una elección consciente y libre. De esta forma, su propuesta ecofeminista no implica una involución con respecto a los derechos conseguidos por el feminismo gracias a una larga lucha, derechos que incluso en muchos países aún no se han alcanzado.

El ecofeminismo es una alternativa, afirma la autora, a la globalización neoliberal androantropocéntrica. Abordar la crisis ecológica desde la lucha feminista es necesario para mantener la sororidad internacional puesto que los problemas ambientales actuales, afectan, en primer término, a las mujeres más pobres de los países del Sur global que sufren en su vida cotidiana la destrucción del medio natural. El ecofeminismo plantea la necesidad de un cambio profundo en el actual modelo de desarrollo para alcanzar el equilibro ambiental, la sostenibilidad, la ecojusticia y los derechos humanos.

 

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Esta identificación entre Mujer y Naturaleza ha servido como punto de partida de las teorías ecofeministas, tanto esencialistas como constructivistas. Mientras que la corriente esencialista recupera esa dualidad Mujer-Naturaleza/Hombre-Cultura, construida por el patriarcado, para reivindicar el papel de la mujer en torno a la maternidad y la responsabilidad del cuidado de los hijos, del entorno y de la Vida en general, el ecofeminismo constructivista que nos propone la autora considera que el desarrollo emocional adquirido históricamente en las actividades del cuidado puede transformar la sociedad sólo si se enseña a toda persona, con independencia de su sexo, a cuidar de los seres humanos, de los demás seres vivos y del ecosistema. 

Siguiendo la línea de esta dualidad, Puleo aborda otro de los temas que ha enfrentado a feministas y ecofeministas: la maternidad, la sacralización de la vida y el derecho de la mujer a elegir sobre su propio cuerpo. La identificación patriarcal de la mujer-madre-naturaleza ha supuesto una cosificación de la mujer, reducida a un papel biológico. Puleo rechaza la maternidad forzada y recuerda que ésta ha de ser una elección consciente y libre. De esta forma, su propuesta ecofeminista no implica una involución con respecto a los derechos conseguidos por el feminismo gracias a una larga lucha, derechos que incluso en muchos países aún no se han alcanzado.

El ecofeminismo es una alternativa, afirma la autora, a la globalización neoliberal androantropocéntrica. Abordar la crisis ecológica desde la lucha feminista es necesario para mantener la sororidad internacional puesto que los problemas ambientales actuales, afectan, en primer término, a las mujeres más pobres de los países del Sur global que sufren en su vida cotidiana la destrucción del medio natural. El ecofeminismo plantea la necesidad de un cambio profundo en el actual modelo de desarrollo para alcanzar el equilibro ambiental, la sostenibilidad, la ecojusticia y los derechos humanos.